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martes, 4 de octubre de 2011

LAS CRITICAS ME CALIENTAN LAS OREJAS

Con el paso de los días me voy dando cuenta de todo lo bueno y lo malo que tiene la vida. ¡Cuántas veces metí la pata criticando a las espaldas! ¡Cuántas veces hice daño a la gente que de verdad me apreciaba! ¡Cuántas veces estube dando tumbos de un lado para otro, solo para contentar al personal!  ¡Cuántas veces falle a quien confiaba en mí! Ni una, ni dos veces... ¡muchas veces!

Ahora quizás es tarde para muchas cosas. Qué bien me vendría tener un reloj del tiempo para pararlo todo en este mismo instante y poder volver al pasado. Bueno mejor no. Lo hecho, hecho está. Ahora toca aprender de ello. ¡Cuánto me queda por agradecer a esas personas que me han dado un segunda, tercera o cuarta oportunidad!

Pero también me doy cuenta de que hay mucha gente cizañera, a la que le gusta la movida y los problemas. Y no me refiero a un sólo ámbito de mi vida ni a una cuestión en concreto, sino que a lo largo del día, de la semana y del año, uno ve cosas que no le parecen muy normales. Y ya no hablemos de cuando me critican o hablan de mi a mis espaldas (me dan de mi propia medicina), como dice la canción de Fito y Fitipaldis, se me ponen rojitas las orejas.

A toda esa gente, que busca problemas, que procesa mentiras, que busca distanciar a la gente y creal mal rollo, sólo les puedo dedicar esto: "A toda aquella persona que habla a mis espaldas, se lo agradezco  d todo corazón. Y se lo voy a explicar en tres sencillas razones. La primera es porque significa que estoy por delante de ella. La segunda, es que su vida es tan ridícula, amargada y triste, que tienen que estas mirado a los demás. Y la tercera es la que más me gusta. Es que esa persona que habla a mis espaldas, está en la posición perfecta para besarme el culo".

A las personas a las que pude fallar o decepcionar, un millón de perdones y dos millones de gracias por las nuevas oportunidades.

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